Resistiendo en el Marsella (cap. I)

Juan Pérez se preguntaba qué era lo que le estaba pasando. Pero no encontraba respuesta. Por las noches solía despertarse con sudores fríos. Tenía pesadillas. ¿Qué es lo que me pasa, doctor? Pero esta vez no estaba en la consulta del médico sino en un bar llamado Marsella. Allí se habían fraguado muchos planes de resistencia antifranquista, pero Juan sólo podía pensar en lo suyo. Aunque no emitía sonido alguno, los movimientos de su boca delataban que estaba hablando sólo. De vez en cuando, Juan miraba a su alrededor para comprobar que nadie le observara. De hecho, nadie lo hacía, cada uno iba a lo suyo, todo el mundo estaba inmerso en sus propias conversaciones grupales. Él estaba sólo, un hecho no muy habitual. Comprobó que la cerveza que aún no había terminado ya estaba caliente, y sintió un poco de asco al pensar que tendría que beber un poco más para darla por finalizada. Pero cuando recordó que en el bolsillo interior de la chaqueta tenía un paquete de tabaco con más de la mitad de los cigarrillos una efímera sensación de felicidad hizo acto de presencia.